27 marzo 2007

CONMIGO MISMO

Image Hosted by ImageShack.us
Julio llegó antes que abril, pero con él no ha venido la primavera sino una lluvia inesperada y alguna gotas de sudor, que lo colocan donde debe estar, en las fugaces experiencias del verano. Aunque yo había depositado cierta ilusión en su llegada, en su sentido del humor y en su agilidad mental y aunque el sexo fue bueno, algo animal, algo sucio y extenuante, no me ha atrapado del todo como yo esperaba porque lo que yo espero va aún más allá y mi corazón, que se había abierto unos milímetros para dejar entrar el olor de un posible amor, se ha vuelto a cerrar de nuevo. No sé dónde está el fallo exáctamente, no sé si es que mi convicción se ha hecho tan fuerte que nada podrá penetrar de nuevo en mi vida con aire romántico o que la experiencia hace que ningún candidato esté a la altura. Está claro que he aprendido a ejercer cierto control sobre mis sentimientos y que, aunque juego a policías y ladrones con ellos, sé como mantenerlos encerrados y no dejarlos volar por ahí como los locos para que se posen en el hombro del primero que quiera agarrarlos.
Supongo que sentirme feliz, a gusto, pleno, satisfecho, autosuficiente y tranquilo hace que no necesite el calor de un mes de verano abrazándome y supongo que no tener más capítulos descargados de Anatomía de Grey para ver, da una tregua a mi cerebro de géminis pizpireto y juguetón. Si algo bueno tiene la paz interior es que la impaciencia no te juega malas pasadas y puedes permitirte el lujo de no tener que esperar que lo mejor te llegue porque ya lo tienes, lo mejor soy yo conmigo mismo.

Etiquetas: , , , ,

23 marzo 2007

INTOXICACIÓN POR GREY

He dado con las posibles causas de lo que hace que tenga el pavo subido y me comporte como una quinceañera con la hormonas en plena manisfetación de su fanatismo en un concierto de OT. Lo fácil sería echarle la culpa a la primavera (según el refrán, la sangre altera), que es lo recurrente, pero no, no es eso, o por lo menos eso creo yo. La culpa la tienen los personajes de Anatomía de Grey que están motivando en mi ser una mutación hacia el pastel completamente rara.

Cuando la serie llegó a España me negué a verla, estaba ya obsesionado con demasiados productos televisivos y mi capacidad de adicción en estos casos es muy grande, pero la puse poco a poco a descargar para visionarla en un futuro. Pues bien ese futuro llegó y ya voy por la mitad de la segunda temporada y, ¡oh!, que casualidad, que desde hace unos días a esta parte, tengo sentimientos que hacía siglos que no tenía, e incluso algunos nuevos que están desvirtuando el yo que tan concienzudamente me había construído a base de piedra y cemento.

Estoy blando, sensible, me ruborizo y ataco de los nervios fácilmente, veo amor por doquier, tengo sofocos cada dos por tres, me están saliendo granos y tengo palpitaciones, es decir estoy volviendo a la adolescencia más pura y ya sólo me falta forrar carpetas con la foto del Doctor Sheperd o poner posters sobre mi cama de Alex Karev. Si me tuviera que identificar con un personaje, está claro que soy Cristina, esa coreana cínica, que tapona sus sentimientos, incapaz de evitar un sarcasmo en el momento menos apropiado y cuya casa parece la de alguien con Síndrome de Diógenes prematuro. Pero hasta ella sucumbe a los encantos del amor, aunque intenta frenarlo, aunque lucha contra ello, se ve dirigida a una relación que desde un principio se intuye sin futuro (odio al Dr. Burke). En esa maraña de personajes de relaciones endogámicas, los sentimientos bailan de un lado para otro hasta salirse de la pantalla, atacarte directamente al corazón y hacerte creer, con esas odiosas melodías y esa voz en off propia de un libro de autoayuda, que tú necesitas eso, que tu vida hasta que no se vea envuelta en una marabunta de líos amorosos sin fin no tendrá sentido.

Lo peor de todo es que ya soy adicto y como los vicios más perniciosos, aunque sepas que te hacen daño, no puedes desengancharte de ellos porque el placer que te provocan es superior a tu sentido común, así que lo listillos que están en la tercera temporada no me vengan jodiendo contándome lo que pasará detrás, porque una quinceañera con las hormonas revolucionadas es lo más peligroso que uno se pueda echar a la cara, para muestra ver El Exhorcista. A lo mejor es por esto que creo que este año Julio se va a adelantar a abril.

Etiquetas: , , , , ,