INTOXICACIÓN POR GREY

Cuando la serie llegó a España me negué a verla, estaba ya obsesionado con demasiados productos televisivos y mi capacidad de adicción en estos casos es muy grande, pero la puse poco a poco a descargar para visionarla en un futuro. Pues bien ese futuro llegó y ya voy por la mitad de la segunda temporada y, ¡oh!, que casualidad, que desde hace unos días a esta parte, tengo sentimientos que hacía siglos que no tenía, e incluso algunos nuevos que están desvirtuando el yo que tan concienzudamente me había construído a base de piedra y cemento.
Estoy blando, sensible, me ruborizo y ataco de los nervios fácilmente, veo amor por doquier, tengo sofocos cada dos por tres, me están saliendo granos y tengo palpitaciones, es decir estoy volviendo a la adolescencia más pura y ya sólo me falta forrar carpetas con la foto del Doctor Sheperd o poner posters sobre mi cama de Alex Karev. Si me tuviera que identificar con un personaje, está claro que soy Cristina, esa coreana cínica, que tapona sus sentimientos, incapaz de evitar un sarcasmo en el momento menos apropiado y cuya casa parece la de alguien con Síndrome de Diógenes prematuro. Pero hasta ella sucumbe a los encantos del amor, aunque intenta frenarlo, aunque lucha contra ello, se ve dirigida a una relación que desde un principio se intuye sin futuro (odio al Dr. Burke). En esa maraña de personajes de relaciones endogámicas, los sentimientos bailan de un lado para otro hasta salirse de la pantalla, atacarte directamente al corazón y hacerte creer, con esas odiosas melodías y esa voz en off propia de un libro de autoayuda, que tú necesitas eso, que tu vida hasta que no se vea envuelta en una marabunta de líos amorosos sin fin no tendrá sentido.
Lo peor de todo es que ya soy adicto y como los vicios más perniciosos, aunque sepas que te hacen daño, no puedes desengancharte de ellos porque el placer que te provocan es superior a tu sentido común, así que lo listillos que están en la tercera temporada no me vengan jodiendo contándome lo que pasará detrás, porque una quinceañera con las hormonas revolucionadas es lo más peligroso que uno se pueda echar a la cara, para muestra ver El Exhorcista. A lo mejor es por esto que creo que este año Julio se va a adelantar a abril.
Etiquetas: adiccion, amor, anatomia de grey, intoxicacion, primavera, vicio