05 junio 2007

UN DIA DESPUES

Hace un día que cumplí 31 años. Una entrada en una nueva edad con una compañía perfecta, curiosamente todos ellos personas a las que conozco hace relativamente poco tiempo. Un muy buen primer regalo de cumpleaños, unas copas, unos bailes, 1000 llamadas y sms, un despertar caluroso e iluminado, una comida superguarra y grasienta, unas compras y una cena genial con mis niñas preferidas. En esto consistió el día 4 de junio de 2007, un día del que viví prácticamente sus 24 horas intensamente sin habérmelo propuesto, sin planificar casi nada fue una jornada casi perfecta. Me faltó al lado la gente de siempre pero estuvieron en mi cabeza.
Por la noche me llamó Wondersu y mantuvimos una larga charla sobre la amistad. En ese momento me di cuenta de que mantengo amigos de todas las etapas de mi vida, desde el colegio al trabajo, pasando por el instituto y la universidad. Me di cuenta de que en cada ámbito en el que me incluyo soy capaz de seleccionar a una o dos personas y mantenerlas cercanas durante mucho tiempo. Supongo que para conseguirlo algo bien tengo que hacer porque la gente entra y sale en tu vida con una facilidad pasmosa.
Hoy ha tocado un día tranquilo, con actividades de la vida cotidiana y rutinaria que, por muy extraño que parezca, me han resultado superagradables. En estos momentos escribo sentado en El Retiro intentando recibir algunos rayos de sol en un día nublado, incapaz de quitarme la camiseta para que la prominente lorza no salga disparada, por más años que cumpla aún tengo sentido de la decencia estéticá y menos cuando estoy rodeado de cuerpos atléticos en plena sesión de yoga. Eso sí, mi frapuccino de café es light, que conste en acta.

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