22 febrero 2006

21 DE FEBRERO DE 2006



De nuevo una despedida. De nuevo las lágrimas caen por mis mejillas mientras que mi mirada intenta hacerse paso a través de la ventanilla del autobús que se encamina hacia el este, intentando memorizar cada uno de los rasgos de quien se encuentra tras ella.

El día está gris, al igual que mi alma en este momento. Camino sin sentido pero con rumbo por un paisaje que de repente se me antoja hostil y desconocido aunque mis pies ya transitaron mil veces por él. Estoy cansado, muy cansado. La noche anterior dormí a penas dos horas y los sentimientos han sido muchos y muy variados. Estoy exhausto, pero no soportaría el aire pesado del metro así que decido seguir andando.

Isa no me coge el teléfono. Empiezan a caer algunas gotas de agua pero al momento cesa.

Esther si está. Me dice que estaba a punto de llamarme. Mi charla con ella es apacible y tranquilizadora. Por momentos algo confusa. Qué experta en el arte de escuchar es Campanilla. De repente recuerdo el origen de mi llamada y de repente me doy cuenta de que me he perdido. Esther me cuenta que le han dado una semana de baja médica y yo intento salir del laberinto. Lo consigo y llego a mi destino.

Sucio, gris, áspero. En la oficina una peliteñida integral me hace firmar las facturas y los peritajes de mi pequeño caballo azul polar. Ha estado malito más tiempo del debido pero su papá ya está con él. El doctor de caballos me dice que aún debo esperar diez minutos porque lo va a lavar y yo pienso, no hay mal que por bien no venga.

Isa me llama. Hace un frío del demonio, así que decido subirme la cremallera de mi chupa de cuero negro. No hablamos mucho pero la dosis es suficiente para pasar el resto del día. Creo que mi Wendy se está enamorando y el miedo le está empezando a taponar los poros. Ya se le pasará, esto es normal. Cómo me alegro por ella, hacía tiempo que le hacía falta algo así.

Mi caballito azul polar está listo. Me subo a él y mientras lo ajusto el placer es inigualable. Su ruido me suena a música celestial, nunca había pensado que lo echaría tanto de menos.
Después de un paseito y de un buen rato buscando un lugar para amarrar las riendas, llego a casa, ese lugar que esta mañana le albergaba a él. Su presencia en ella es cada día mayor. Me siento solo y le echo de menos. Enciendo el ordenador para mirar su página aunque sé que a ciencia cierta no voy a encontrar nada nuevo. Mejor será llamarle, pienso. Dicho y hecho, le llamo, le oigo con voz dormida, hablamos, me lleno y me vacío. Le echo de menos y sólo hace dos horas que dejé de verle. Me despido y oigo un beso por el auricular que me parece precioso. Cuelgo el teléfono y decido cenar eso que me dejó en el frigorífico, que me sabe a gloria, y ver esa película de chinos que no pudimos ver juntos (que corto es el tiempo cuando se desea que sea largo).

Los chinos se matan, gritan, sonrío con alguna escena pensando en lo que se hubiese reido al verla. Miro el reloj y pienso que ya habrá llegado a su destino y que en una hora volveré a oir su voz, pero el cansancio y el calor que se guarda bajo mi manta hacen que los párpados se me vayan cerrando poco a poco.

De repente despierto. Los chinos ya han dejado de matarse y de gritar y mi televisor tiene la pantalla en azul. Le recuerdo, agarro el móvil para llamarle pero al ver la hora que es pienso que ya estará dormido y no quiero despertarle. Mañana hablaré con él, pienso, tienes que ser menos ansioso, el pobre está asustado, dale algo de espacio para que poco a poco comprenda lo que siente.

Apago todas las luces de la casa y la calefacción. Me voy a la cama, siento pena al agarrar a Ricardito y situarlo en la mesilla de noche y al deshacer esa obra de arte que ejecutó con mis sábanas. Cuando me tumbo de nuevo me siento solo pero cierro los ojos.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Vaya! He visto que tienes por aquí a Crash, a Closer, a las Virgenes suicidas... casi mis últimos...

Luego vuelvo y te visito con calma ;)

14:29  
Blogger Juan Muriel said...

bienvenida...

14:40  
Anonymous Anónimo said...

Después de leerte me parece que me voy a quedar por aquí para ver como evolucionan esos miedos.

Un Beso :)

01:45  

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