LA PERLA

El dinero, el poder, la envidia, la ambición marcan una metáfora sobre la vida, sobre el lado más negativo del ser humano, que a lavez es lo que le hace ser más animal y por tanto, más humano.
Me sorprende como una vez más lo que leo se relaciona con mi momento vital. Esta semana he tenido largas conversaciones acerca del poder del dinero. Es increible como marca nuestras relaciones sociales, cómo nos puede acercar y sobre todo cómo nos puede separar. Yo era de los que creían en aquello de contigo pan y cebolla, pero resulta que como siempre la realidad se impone y por mucho que me esfuerzo en destrozar ese mito resulta que ese mito está empeñado en destruirme a mi.
Estoy bastante harto de que el dinero marque mis relaciones sentimentales. En el pasado porque el ser amado (ahora algo odiado por el exceso de la mentira) abusaba de mis limitados recursos económicos. Hoy porque mi niño ha recibido una educación en el orgullo, en la independencia y en el uso de lo propio sin tocar lo ajeno. Esto establece una línea que pone a cada uno en un lado y que nos separa más allá de los 300 km de territorio. Porque cuando dos personas están al mismo nivel en lo que a lo económico se refiere es más fácil acercarse pero cuando la balanza tiene más monedas en uno de los lados se establece una separación que marca la relación. Y yo me pregunto ¿seré capaz de destrozar el mito y nivelar la balanza o lo único que conseguiré será cargarmela intentando forzarla para disimular ese desnivel ? En estos momentos no tengo respuesta para esto, lo único que sé es que tengo que irme a limpiar el cuarto de baño.
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