ATARDECE

Al frente el horizonte con luz naranja y rayos cayendo a cada lado del camino. Atrás el horizonte oscuro, la noche llega antes al este y Valencia empieza a dormir mientras yo como puedo huyo a 140 kilómetros por hora de las sombras que intentan atraparme. Estoy cansado, aunque no tengo calor el aire acondionado apunta con fuerza a mis ojos para evitar que mis párpados tengan la tentación de cerrarse. Estoy triste, estoy contento, estoy triste, estoy contento, estoy triste, estoy contento... En la radio me cuentan cosas que no me interesan pero ayudan a evadir mi pensamiento en sitios vanales. Un rayo cae prácticamente a mi lado y me asusta de tal forma que ya no necesito el aire acondicionado para estar despierto. La noche no me alcanza pero las sombras sí. Una nube gris y oscura se coloca sobre mi cabeza de forma maligna intentando maltratar mi parte contenta, conoce de mi tendencia a la melancolía provocada por la lluvia y descarga sobre mi una tromba que no me deja ver los pasos que me quedan por dar en el camino. Todo se detiene y todo va más rápido.

Al frente el horizonte en el que veo luces, Madrid se acerca, la oscuridad por ahora no ha podido conmigo.