MIRO LA VIDA PASAR

Hoy no está siendo un buen día. Todo está gris y vacío como mi frigorífico. Estoy serio, no me apetece hacer nada, ni siquiera escribir esto que me está costando la misma vida. Todo me aburre y me cansa. He salido a dar una vuelta porque creía que necesitaba que me diera el aire, he entrado a probarme ropa a Pull & Bear, me he visto raro en el espejo y he decidido que mejor marcharme. Hace tiempo que sólo me ilusiona una cosa y hoy se ha torcido y lo peor de todo es que ahora mismo no sé muy bien por qué. Me siento vacío, muy vacío. Necesito luz pero parece que ha decidido quedarse en el Mediterraneo y mi excaso orgullo duda todo el tiempo. Hoy estoy mirando la vida pasar, como dice la canción, sin ganas de nada, con inapetencia total. El sofá ya ha cogido la forma de mis caderas, el teléfono sigue en silencio por más que yo imagine continuamente su melodía, la televisión parpadea sin conseguir que fije mi atención en ella. Sólo me apetece fumar y no debo hacerlo porque me está haciendo mal. Algo se cierne sobre mi. Yo creía que me estaba acercando a la crisis de los 30 pero ahora empiezo a pensar que es algo más. No quiero agarrarme a nada como si fuese lo último a lo que me puedo agarrar, tiene que haber más cosas pero aún no sé donde están. Mi sangre, normalmente agitada se está debilitando, me estoy acostumbrando al silencio. Ya estoy así desde hace demasiado tiempo aunque intento disimularlo no sé si por engañar a los demás, a mi mismo o ambas cosas. Dónde está la salida, necesito verla porque yo no soy una persona de oscuridad y el túnel empieza a resultarme opresivo. Por lo menos hoy he tenido una alegría, al menos una, he perdido un kilo.