PRIMER PASEO

Ayer recuperé una de esas cosas que tanto me gusta hacer y tanto echaba de menos. Salí de casa con las Ray Ban y los ojos doloridos por la falta de sueño. Había que disfrutar de esa tarde maravillosa que Madrid y la primavera me estaban ofreciendo. Agarré la cámara de fotos y encaminé mis pasos hacia mi cita. Cuando llegué a Banco de España, vi a lo lejos a Isa que me agitaba la mano indicandome su presencia. Después del piquito de rigor y de decirme que estaba muy guapo, eso siempre se agradece, empezamos a subir por Alcalá con la intención de dar un paseo por el centro de la ciudad. La luz era una maravilla, hacía mucho tiempo que Gran Vía no nos recibía tan coqueta y alegre. Isa estaba radiante, fresca y guapa y yo debía tener mi aquel porque más de un chico me echó el ojo furtivo en nuestro paso. Nos adentramos por Hortaleza con la intención de ir viendo escaparates mientras hablábamos de nuestras cosas. Hacer eso con Isa es un placer aunque a veces hay que retener su buen gusto para que no se gaste el sueldo del mes. Tarde de placer estético y caliente en una Chueca en la que ayer más que nunca se vislumbraba un incipiente verano. Como decía una amiga mía de hace años "en Chueca siempre es verano" y ayer la gente me hacía patente esa frase. Manga corta, camiseta ajustada, lucimiento de cuerpos. Este año la primavera me está alterando la sangre y desde luego esto contribuye con fuerza a ello.

Después no adentramos en Fuencarral. Sus tiendas me provocan placer y frustración. soy incapaz de gastarme el dinero en prendas que adoro. Eso debe ser influencia materna. Entramos en Doble A en donde dos dependientes anoréxicos, modernos y con una pluma que gritaba al cielo hablaban de desayunar triángulos. Odio a la gente que para manifestar su modernez confía en la palidez, la delgadez y una forma de hablar entre lo pijo y lo gay. No puedo evitar preguntarme por qué coño no hablan como las personas normales, la repuesta automática se viene a mi cerebro, es que ellos no se consideran normales.

Isa me llevó a un bar que no conocía y que me gustó mucho, Costello, con personajes del star system madrileño incluídos, Alba Molina y el cantante de Pereza que casualidades de la vida entraron con bolsas de Doble A. Esther me llama por teléfono, mi pequeña Leia parece que ha seguido los consejos de su Obi Juan particular y ahora está más relajada en sus problemas amorosos. Mañana comeremos juntos y analizaremos los detalles de su charla con el amado que cree que no ama. Ayer tenía los ojos pequeños y los oídos cerrados y no pude atenderla como quería.

Isa, yo y el tercio de cerveza que había tomado caminamos en dirección a mi casa. Y teminamos ese primer paseo de primavera en una noche fresca y alentadora que pretende ser un presagio de nuevos buenos tiempos.